En la cultura europea son elementos fundamentales los trovadores y juglares, es decir, compositores y ejecutantes de canciones
cultura medieval de todo tipo, que solían ir de pueblo en pueblo y de país en país sirviendo, indirectamente, de vehículo
muy importante de la cultura de aquel tiempo. A pesar de la escasez de documentos
donde encontrar sus orígenes, podemos afirmar que los goliardos en los siglos X al XIII, y los juglares y trovadores medievales,
marcan el comienzo de los tradicionales grupos musicales universitarios que actualmente conocemos con el nombre de TUNAS.
Pero el hecho que proporciona a estos grupos su verdadera identidad es la aparición de las primeras Universidades Españolas
en el siglo XIII : Los Estudios de Palencia, Salamanca, Valladolid, Lérida, Alcalá de Henares, etc.
La TUNA nace dentro de la Universidad, y como una proyección suya, se manifiesta sin interrupción desde sus orígenes
hasta nuestros días. La TUNA, en sus albores, estaba constituida por un tipo especial de trovador o juglar que, a veces,
tenía que cantar para ganarse la vida, o simplemente, para sustentarse durante el viaje de vuelta a su casa cuando llegaban
las vacaciones. De ahí que esa actividad se designe con un verbo específico :"TUNAR", que significa llevar una vida
vagabunda, tocando y cantando.
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Dícese TUNO, aquel que,
contando en el número de la alegre, curiosa e nocturnal gente y andariega, es ansí mesmo, escolar de Universidad, y desta
conjunción d' excelencias ha de siguirse cuan alto es el exercicio de la Tuneria ( ca son los alegres la sal de la tierra,
la música matemática de las esferas, y descanso la noche de ánimas estordidas), y por qué dicho exercicio llevó tras sí, como
el mesmo de la caballería andante, tantos nobles corazones por los caminos del mundo. Mas, con ser tan excelentes las virtudes de este Mester de Tunería, que pone su gloria en contentar
coitados corazones, hay malastrados que lo denuestan, los unos por ignorancia, los otros por invidia o porque algún tuno les
sopló la dama, o cosas dese tenor. Dicen
de nos tantas sinrazones, que fuerza es facer aquí y agora, una breve defensión.
Dicen de nos que vésenos asaz frecuentemente en tabernas de casquivanas e mesones
de ligue, e dícenlo, los que tal dicen, como si fuera la Tuna, pía unión de conciertos nocturnales y no cofradía de ardorosa
mocedad, a la que fuerza es ver do el holgar tenga su asiento. Que a las novenas van los tunos en atavíos no tunescos. Dicen de nos que no tañemos e trovamos sino medianamente, ca hay
fanfarrias, murgas e rondallas de menestrales que lo facen muy mejor que nosotros, echando a olvido, los que tal dicen, que
en tuna, de cien partes, son cincuenta música, y las otras cincuenta, dispierto ingenio, galanura sin tasa, polida osadía,
cortesanía abundosa e buen trasegar. Dicen
de nos, que por haber mantenencia, ponemos cara; pecado rahez a fe mía, cuando por haber lujos, presentan otros partes muy
menos honradas, que no nombro por no poner en boca lo que tiene lugar en el contrario lado. Y asaz dicho se ha. Dicen de nos que descomulgamos bolsas. ¡ Chico Desnuesto, voto al chápiro !.
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En la lírica medieval, a partir del siglo XI, las canciones escolares latinas,
forman un género característico. Los estudiantes llamados goliardos aparecen por toda Europa componiendo e interpretando canciones
cuya temática choca con la escala de valores de la sociedad de su tiempo, cantando al vino, al amor profano, defendiendo la
primacía del intelectual sobre el caballero, utilizando elementos litúrgicos con sentido contrario al que les es propio.
Menéndez Pidal incluye entre los tipos juglarescos contenidos en su obra "Juglares y Poesía Juglaresca" a los
clérigos (escolares) vagabundos, los clerici ribaldi... los vagos escolares aut goliardos .
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